6 preguntas más frecuentes sobre la erupción de los dientes de leche

La salida del primer diente del bebé suele ser un momento muy especial y esperado por los padres, aunque en muchas ocasiones también se convierte en una situación angustiosa y frustrante. En la Clínica Infantil Navarro Soto a diario nos hacéis consultas relativas a este tema y a continuación vamos a despejar las dudas más frecuentes.

1. ¿Cuándo sale el primer diente?
La edad a la que aparece el primer diente es muy variable. Podemos decir que el proceso de la dentición comienza generalmente entre el sexto y el octavo mes de vida. Este proceso finaliza entre los 20 y los 30 meses, aunque puede haber excepciones. Esto significa que a algunos niños les tardan más en salir y habrá otros que incluso nazcan con alguna pieza, aunque esto es bastante excepcional.

2. ¿Duele la erupción dental?
Aunque sea un hecho científico, contrastado y probado que la erupción dental no duele, es cierto que puede haber cierta molestia. No obstante, este tipo de molestias no tiene tanta importancia como para afirmar que la dentición es la causa del llanto, de la fiebre o de la diarrea coincidente en este momento. Cuando esto ocurre, hay que buscar otra causa. El engrosamiento de la encía no se debe a inflamación, sino al propio diente que va aumentando de volumen y hace que ocupe cada vez más espacio dentro de la misma, hasta que empiece a salir. Sólo la muela del juicio, que aparece al final de la adolescencia o en la edad adulta, puede doler y se debe principalmente a la falta de espacio dentro de la encía.

3. ¿Puede presentarse fiebre y diarrea como causa de la erupción dental?

Según la Asociación Española de Pediatría (APA), la fiebre no es consecuencia directa de la dentición o un síntoma de la salida de los dientes. Si sucede algún proceso febril o diarreico en este período es porque los niños están en etapa de exploración y se llevan objetos a la boca con las manos sucias y esto les puede producir infecciones.

4. ¿Cuándo empezar a llevar a los niños al odontólogo?
En la actualidad la recomendación es a los 12 meses. Es importante saber que cuanto antes se inicien las visitas, el niño se adaptará más fácilmente a la consulta odontológica. Se reforzarán hábitos de higiene y salud oral, se detectarán a tiempo procesos infecciosos, como la caries dental, y se podrá diagnosticar oportunamente alguna alteración.
5. ¿Cómo se lavan los primeros dientes?
El cepillado dental se debe iniciar con la aparición de los dientes. Se realizará con un cepillo de cabezal pequeño y cerdas suaves y un dentífrico adecuada para esa edad.

6. ¿Pueden salir caries en los dientes de leche?
Sí y se conoce como la caries del biberón. La principal causa son, sobre todo, los líquidos que contienen azúcares como pueden ser: leche, jugo de fruta, refrescos y otras bebidas azucaradas. La enfermedad también se asocia a los bebés que se alimentan con leche materna durante mucho tiempo, o a aquellos niños cuyos chupetes se humedecen en miel, azúcar o jarabe.

Salud bucal en niños con discapacidades y necesidades especiales (I)

Los niños con discapacidades y necesidades especiales tienen más riesgo de sufrir una condición crónica a nivel físico, de desarrollo, comportamiento o emocional. Necesitan servicios y cuidados que van más allá del tipo de servicios que generalmente reciben los niños. Dependen de otros para lograr y mantener una buena salud, y la salud bucal no es una excepción. Una boca limpia es una de las necesidades de salud más importantes durante toda la vida y estará influenciada por la habilidad de darle al niño la ayuda necesaria.

Los problemas comunes bucales, tales como caries o enfermedades de las encías, afectan a todos los niños. No obstante, los niños con discapacidades y otras necesidades especiales tienen más problemas de salud bucal que la población en general. Por ejemplo, los niños con discapacidades pueden tener problemas de habilidades cognitivas, comportamiento, movilidad, neuromusculares (babeo, atragantamiento y problemas para tragar), movimientos corporales no controlados, reflujo gastroesofágico, o convulsiones. Estas complicaciones pueden representar obstáculos para el cuidado adecuado de la boca y hacer que los niños tengan mayores riesgos de desarrollar enfermedades bucodentales.

Los niños que tienen alguna de las siguientes condiciones necesitan un cuidado bucal especial: síndrome de Down, epilepsia o convulsiones, labio o paladar leporino, anomalías estructurales (en la cabeza, cara y/o boca), parálisis cerebral, discapacidades de aprendizaje o desarrollo, problemas de visión u oído, o infección VIH. Si el niño muestra alguno de los siguientes síntomas:

  • aprieta los dientes,
  • evita la comida,
  • prefiere alimentos blandos,
  • se toca dentro o alrededor de la boca, las mandíbulas y mejillas,
  • tiene mal aliento
  • tiene los dientes manchados

es muy importante que acuda cuanto antes a un centro clínico dental especializado para prevenir o diagnosticar cualquier patología y obtener con el tiempo un resultado satisfactorio, evitando dolencias o lesiones mayores.

Cómo salvaguardar la sonrisa de los pequeños en verano

Los pequeños ya están de vacaciones y eso siempre implica un cambio en los hábitos diarios y una mayor relajación en cuanto a todas las rutinas habituales del día a día, inclusive la higiene bucal.

Durante la época veraniega, los niños suelen estar en contacto con distintos medios externos que perjudican su salud bocal, como el cloro o los helados, por lo que se hace relevante que mantengan unos cuidados bastante completos.

¿Qué podemos hacer para salvaguardar la sonrisa de los más pequeños en verano?

Ser más rigurosos con la rutina de higiene bucal diaria. El niño tiene que lavarse los dientes con un cepillo de cerdas suaves entre dos y tres veces cada día. El uso del hilo dental o los cepillos interdentales es primordial, sobre todo si lleva ortodoncia. Y, por último, utilizar el colutorio dental infantil para garantizar frescor y protección en la cavidad oral.

  • Controlar el consumo de azúcares que ingieren (helados, chuches, refrescos, etc.) para evitar la aparición de caries dental.
  • Mantener al niño hidratado, porque la falta de agua reduce la producción de saliva, protección natural de la boca, y eso provoca que bacterias y microorganismos la ataquen.
  • Incluir más frutas y hortalizas frescas en la dieta, ya que estos alimentos contienen agua y resultan muy frescas para la boca y cuerpo.
  • Tras cada sesión de piscina es importante que el niño lave los dientes o, por lo menos, enjuague la cavidad oral con agua potable, puesto que el cloro favorece la formación de sarro en la boca.
  • Evitar que tomen alimentos muy fríos y provoquen cambios de temperatura drásticos en las piezas dentales, pudiendo ocasionar la conocida sensibilidad dentaria. Para evitar problemas de sensibilidad, se pueden utilizar pastas de dientes y colutorios específicos.
  • Si se produce un traumatismo dental practicando las actividades acuáticas o algún deporte al aire libre, es vital acudir al dentista lo antes posible ya que las primeras horas son cruciales.
  • Realizar una cita al dentista antes de irse de vacaciones para asegurarnos de que el niño consta de una salud bucal óptima.

 

Enjuague bucal de los niños

Introducir el colutorio en el ritual de higiene bucal de los niños aporta grandes beneficios a su salud dental. La principal finalidad que se espera del enjuague bucal es el control de la caries y de la placa bacteriana. Es muy importante utilizarlo adecuadamente ya que puede conllevar riesgos para la salud de los pequeños.

En primer lugar hemos de asegurarnos de que el niño está preparado para el uso del colutorio, puesto que en ningún caso se debe ingerir. A partir de los 6 años la mayoría de los niños son capaces de enjuagarse la boca sin tragar cantidad alguna de líquido. Es recomendable comprobar si lo hacen de manera correcta dejando que se enjuaguen la boca con agua.

Los niños deben utilizar siempre colutorios infantiles. El enjuague se realizará después del cepillado, durante 1 minuto aproximadamente y con 5-10ml de colutorio. Una vez realizado, hay que evitar la ingesta de alimentos durante 30 minutos. Los enjuagues normales tienen grandes concentraciones de alcohol y flúor, por lo que no son aptos para los niños. Su ingesta puede ser muy peligrosa, así que hay que mantenerlos fuera de su alcance.

La boca es la puerta de entrada a muchas infecciones. En ella las bacterias encuentran las condiciones de temperatura, humedad y nutrientes ideales para su desarrollo y la consecuente aparición de patologías. Por esta razón desde nuestra clínica hacemos tanto hincapié en la importancia de una higiene bucal completa. El uso de colutorios debe ser un paso mas,que ayuda a que la boca se mantenga aséptica, fortalece las encías, protege los dientes, ayuda a la formación de saliva, disminuye la sensibilidad y mantiene la boca fresca y sin mal aliento.

Uso de hilo dental en niños

Cepillarse los dientes es un momento fundamental en la rutina de cuidado dental de nuestros hijos, pero pasarse hilo dental es igual de importante. Los estudios han demostrado que el cepillado sólo elimina el 50% de la placa bucal, pero combinado con el uso de seda los resultados mejoran en un 20%.

Establecer hábitos saludables desde temprana edad es indispensable para tener buenas prácticas de cuidado dental durante toda la vida. Dado que el hilo dental elimina los restos de alimentos y la placa depositada entre los dientes, que es un lugar donde no llega el cepillo; se recomienda que los niños comiencen a utilizarlo a partir de los cuatro años.

Aquí te damos algunos consejos para lograr que tu hijo/a incorpore el uso de hilo dental como parte fundamental del cuidado bucal:

Dar ejemplo
Los pequeños aprenden por lo que ven de las personas que son importantes para ellos. Como padres debemos dar ejemplo manteniendo correctamente nuestra salud oral. Resulta fundamental que incluyamos en la rutina de higiene oral el pasarnos el hilo dental, ya que en los hábitos que nosotros tenemos terminarán por reflejarse los futuros hábitos de nuestros hijos.

Aplicador de hilo
En niños menores de 8 años, el cepillado y uso del hilo dental debe ser realizado por los padres, hasta que se desarrollen plenamente sus habilidades motrices. Para que sea más sencillo, podemos servirnos de los aplicadores de hilo.


Qué sea divertido
Haz que la tarea de pasarse hilo dental sea un momento divertido y una experiencia agradable para tu niño/a. Puedes inventar una historia sobre bacterias malvadas que viven en su boca y el super héroe hilo dental que ha venido a salvar el mundo. Esto hará que disfrute del momento, sin dejar de concentrarse en una tarea importante.

Seguimiento de avances
A los niños les gusta tener una referencia visual de sus logros. Cuelga un calendario en la pared del baño y deja que tu hijo/a marque los días que ha cumplido con su cuidado dental diaria.

Premios
Para que sea una actividad aún más entretenida, ofrécele un premio por completar X días. Por ejemplo, una hora extra de su juego favorito o una noche de salida al cine.

Como evitar que las golosinas se conviertan en caries

Las golosinas son una auténtica tentación, tanto para niños como para mayores. Es un alimento que no nos aporta ningún nutriente pero sí infinitas calorías, y lo que es peor, son uno de los enemigos de nuestra salud bucodental. Están directamente relacionadas con la aparición de las temidas caries.

¿Cómo minimizar el riesgo de caries a causa de las chuches? Aquí tienes 6 consejos:

  • Está claro que cualquier alimento que contenga azúcar y que pueda provocar un pH ácido es potencialmente peligroso, pero debes saber que los caramelos masticables y pegajosos son los más dañinos. Sería aconsejable evitarlos o sustituirlos por otros.
  • Hemos de enseñar a los niños a que no muerdan los dulces. Es mejor que sólo los chupen.
  • Tras comer golosinas, es importante que se laven los dientes cuanto antes y de manera minuciosa.
  • Siempre que se pueda, sería aconsejable elegir chuches que pueden comerse rápido, para limitar el tiempo en que el azúcar está en contacto con los dientes.
  • Recomendamos limitar la ingesta a una vez al día. Es mejor una pequeña cantidad de golosinas junta (seguida del cepillado) que andar comiendo chuches todo el día.
  • Además, debemos limitar el consumo de golosinas que puedan contener ácidos, como serían las chuches con picapica. Los ácidos pueden contribuir a la erosión dental y a la formación de caries.

Además cabe destacar que, aparte de las caries, las golosinas también son un peligro para la salud en general. No podemos olvidar esa especie de epidemia en nuestra sociedad, que es la obesidad y el triste incremento de los casos de obesidad infantil. Por lo que, desde nuestra clínica, insistimos en modificar los hábitos alimenticios y en educar a los niños en una alimentación sana, equilibrada y responsable.

El verano y sus efectos sobre la salud bucodental

Con la llegada del buen tiempo los hábitos de los más pequeños, igual que los nuestros, cambian. La buena temperatura nos hace salir a pasear, disfrutar del sol, quedar más con los amigos y, además, cambiar ciertos aspectos de nuestra dieta. El aumento de las actividades de ocio conlleva un incremento en el consumo de bebidas gaseosas y en el consumo de algunos caprichos, como por ejemplo, los helados. Abusar de ciertos productos, realizar ingestas de una manera desorganizada y llevar menos control sobre la higiene dental puede tener unas consecuencias fatales para la salud bucodental de nuestros pequeños.

Durante la época estival no sólo se produce el aumento de caries y de enfermedades periodontales. El calor, una mayor exposición al sol y el aumento de la actividad deportiva provocan que nuestro organismo pierda agua y tenga que realizar cambios con el fin de mantener la hidratación y concentración de sales adecuada. El síntoma más importante de la falta de hidratación es la sequedad bucal. Esto puede dar lugar a un incremento de la densidad salivar, lo que provoca la pérdida de parte de sus propiedades lubricantes. Por ello, es muy importante mantener la hidratación con una ingesta regular de agua o bebidas sin azúcar, así como un consumo habitual de frutas y verduras.

Durante las vacaciones también se puede apreciar un incremento en la patología de origen traumático al aumentar la actividad deportiva. Aparte de descuidar más a menudo nuestra higiene bucal, salir del lugar habitual de residencia conlleva que, salvo por motivos de urgencia, no se acuda a las revisiones. No obstante, es recomendable aprovechar la mayor disponibilidad de tiempo libre para realizar esa revisión, para la que a veces en invierno no se encuentra tiempo. Esta recomendación es de especial importancia cuando se trata de los niños. Al terminar sus clases y antes de marchar a campamentos o a lugares alejados del domicilio, deberían revisar su estado bucodental y llevar a cabo los tratamientos que pudieran necesitar para que su estado no empeore o se mantenga saludable.

 

El azúcar, nuestro dulce enemigo

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Las golosinas, el chocolate, los bombones, siguen siendo un gran premio, especialmente para los niños. Y es que, como bien dice el dicho: “A nadie le amarga un dulce”. No obstante, una alimentación rica en azúcares es la principal causa de la caries dental. El azúcar sirve de alimento a las bacterias cariogénicas que lo fermentan y producen ácido láctico. Este ácido disminuye el pH de la boca, daña el esmalte y hace que el diente pierda su protección.

La Organización Mundial de la Salud aconseja reducir el consumo del azúcar a un 5% (unos 25g al día) para prevenir este problema y también otras enfermedades asociadas, como sería la obesidad infantil. Moderar su ingesta no es una tarea fácil teniendo en cuenta, por ejemplo, que sólo un zumo procesado ya contiene 40g aproximadamente. Entonces, ¿qué hacer para que los niños coman menos dulces? Aquí tenéis algunos consejos:

  • En ningún momento hemos de prohibirles su consumo. Hay que enseñarles que con pequeñas raciones es suficiente.
  • Hacer de las golosinas una comida eventual, no un alimento cotidiano.
  • Si los niños no se comen su comida, no hay que ofrecerles dulces extra. Las golosinas no reemplazan otras ingestas, ni pueden compensar el escaso consumo a la hora de comer.
  • Sustituir los dulces por una apetitosa fruta.
  • Enseñarles que las chuches no son incentivos o premios, porque le otorgaríamos valor. Es mejor compensarles con un detalle no comestible.
  • Cambia los refrescos azucarados y zumos procesados por los naturales.
  • Y lo más importante, enseñarles a comer de forma saludable.

Si tenéis cualquier duda sobre la salud bucodental de vuestros pequeños, no dudéis en visitarnos.

El mal aliento en los niños

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El mal aliento o halitosis es un problema relativamente frecuente en la población infantil. Puede llegar a afectar hasta al 20% de la población infantil. Generalmente se atribuye a una higiene deficiente de la boca, no obstante puede ser el aviso de algún trastorno más grave.

Las causas de mal aliento en los niños son numerosas y muy variadas, aunque en un 90% de los casos responde a motivos relacionados con la boca. Los culpables más comunes son: 
  • Boca seca – por ejemplo, cuando el niño tiene la nariz tapada y respira por la boca. Esto puede causar que las bacterias en la boca se reproduzcan más fácilmente.
  • Un objeto extraño – un juguete u objeto pequeño que se haya metido en la nariz. Esto es especialmente común en bebés y niños pequeños que lo hacen sin darse cuenta de que se hacen daño.
  • Poca higiene – Las bacterias que viven en la boca e interactúan con los restos de la comida que quedan entre los dientes y las encías, en la lengua y en la parte trasera de la garganta ocasionan mal aliento, en especial si la comida ha estado en la boca por mucho tiempo.
  • Caries – afecta los dientes a cualquier edad causando mal aliento y muchas veces provocando enfermedades en las encías.
  • Alimentos condimentados – si al niño le gustan alimentos como la cebolla o el ajo, es posible que se note en su aliento, pero es temporal mientras el condimento está en su sistema digestivo.
  • Una enfermedad o condición médica – algunas veces, una infección de senos paranasales o una infección respiratoria como la bronquiolitis también puede causar mal aliento, lo mismo puede suceder con las alergias o cuando se tiene reflujo gástrico.


Aunque en la mayoría de los casos se puede resolver con una buena higiene bucal, la halitosis de carácter persistente debería ser atendida. Los padres no suelen acudir a la consulta del dentista sólo por este síntoma, pero han de saber que una halitosis recurrente es una llamada de atención que no debe ser desatendida. Una consulta a tiempo puede dar lugar a un diagnóstico y a un tratamiento oportunos. Si el dentista descarta alteraciones bucales y aun así hay mal aliento, habría que acudir al pediatra para una revisión general.

Enséñale cómo prevenir el sarro

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No cabe duda de que nuestra mejor carta de presentación es una sonrisa sana, radiante y blanca. Sin embargo, no siempre podemos presumir da ella. Para lucir una sonrisa bonita es importante preocuparse del bienestar y el buen aspecto de los dientes. Esto, entre otras cosas, implica prevenir la aparición del sarro.

El sarro, también conocido como cálculo o tártaro dental, es una mezcla de placa bacteriana y restos de alimentos que no fueron completamente eliminados. Normalmente se sitúa en la parte de los dientes que están más cerca a los conductos salivales ya que las sales minerales de la saliva son imprescindibles para su endurecimiento y creación.

Para prevenir el sarro, hay que cepillarse los dientes al menos dos veces al día, acompañándolo de un enjuague bucal. El uso del hilo dental y de los cepillos interdentales es también muy importante ya que eliminan la comida atrapada en las zonas donde el cepillo normal no llega.

Otra forma muy eficaz para evitar su aparición es comer frutas y verduras duras. Los jugos de las frutas ácidas también son muy eficaces para prevenirlo. Este tipo de alimentos ayudan a eliminar los restos de comida y blanquear los dientes, no obstante hay que comerlos siempre con moderación, puesto que su consumo excesivo puede provocar daños en el esmalte dental.

Los peques no suelen tener precisamente estos hábitos alimenticios y de limpieza, por lo que hay que prestarles atención y concienciarles acerca de ello. El sarro, además de antiestético, es muy perjudicial para la salud de su boca ya que es el principal causante de la gingivitis y la periodontitis. Os invitamos a acudir a nuestra clínica en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar relacionado con este tema.