El mal aliento en los niños

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pedroruiz -6081


El mal aliento o halitosis es un problema relativamente frecuente en la población infantil. Puede llegar a afectar hasta al 20% de la población infantil. Generalmente se atribuye a una higiene deficiente de la boca, no obstante puede ser el aviso de algún trastorno más grave.

Las causas de mal aliento en los niños son numerosas y muy variadas, aunque en un 90% de los casos responde a motivos relacionados con la boca. Los culpables más comunes son: 
  • Boca seca – por ejemplo, cuando el niño tiene la nariz tapada y respira por la boca. Esto puede causar que las bacterias en la boca se reproduzcan más fácilmente.
  • Un objeto extraño – un juguete u objeto pequeño que se haya metido en la nariz. Esto es especialmente común en bebés y niños pequeños que lo hacen sin darse cuenta de que se hacen daño.
  • Poca higiene – Las bacterias que viven en la boca e interactúan con los restos de la comida que quedan entre los dientes y las encías, en la lengua y en la parte trasera de la garganta ocasionan mal aliento, en especial si la comida ha estado en la boca por mucho tiempo.
  • Caries – afecta los dientes a cualquier edad causando mal aliento y muchas veces provocando enfermedades en las encías.
  • Alimentos condimentados – si al niño le gustan alimentos como la cebolla o el ajo, es posible que se note en su aliento, pero es temporal mientras el condimento está en su sistema digestivo.
  • Una enfermedad o condición médica – algunas veces, una infección de senos paranasales o una infección respiratoria como la bronquiolitis también puede causar mal aliento, lo mismo puede suceder con las alergias o cuando se tiene reflujo gástrico.


Aunque en la mayoría de los casos se puede resolver con una buena higiene bucal, la halitosis de carácter persistente debería ser atendida. Los padres no suelen acudir a la consulta del dentista sólo por este síntoma, pero han de saber que una halitosis recurrente es una llamada de atención que no debe ser desatendida. Una consulta a tiempo puede dar lugar a un diagnóstico y a un tratamiento oportunos. Si el dentista descarta alteraciones bucales y aun así hay mal aliento, habría que acudir al pediatra para una revisión general.