Las anomalías dentales influyen en el crecimiento facial
A lo largo de nuestra trayectoria, hemos podido ver en multitud de ocasiones como las irregularidades dentales afectan directamente el crecimiento facial del niño. Aunque el desarrollo de la cara viene predeterminado por la genética, hay factores que influyen en su crecimiento y no, precisamente, de forma positiva.
Partamos de la base de que un niño debería crecer teniendo la boca cerrada la mayor parte del tiempo, sobre todo mientras duerme. Cuando no es así, la cara tiende a alargarse y estrecharse de forma progresiva, alejándose de la imagen perfecta genéticamente programada.
Una respiración insuficiente una masticación incómoda o asimétrica pueden llevar a un niño a tener la boca abierta. Estas circunstancias pueden contribuir al alargamiento facial y a agravar otros problemas dentales de la mandíbula inferior, provocando situaciones como la mordida abierta, cruzada o cubierta en las que la mordida es irregular.
Para evitar estas situaciones es necesario llevar a cabo una intervención temprana, tratando al niño con ortodoncia, tan pronto como sea posible, para evitar que los problemas empeoren y su tratamiento sea más largo y complicado.
En nuestra clínica dental recomendamos que los niños empiecen a venir a partir de los 3 años de edad, lo que nos permitirá detectar en una primera fase cualquier alteración en la masticación o en la posición de los dientes, evitando así que pueda alterarse el desarrollo de la cara del niño.