Onicofagia o el hábito de comerse las uñas
Onicofagia, o el hábito de comerse las uñas, es un trastorno de control de impulsos que provoca que se muerdan las uñas de los dedos y la piel de alrededor de ellas, normalmente cuando se está ansioso o nervioso. Se trata de un acto auto-calmante o una manera de mantenerse en alerta, y es muy habitual en niños de todas las edades.
Las consecuencias de este hábito son numerosas y muy perjudiciales para la salud. Aparte de darles una forma muy poco estética a las uñas, los pequeños pueden sufrir dolor si se muerden excesivamente. Debido a la cantidad de bacterias que hay debajo de las uñas, también corren el riesgo de contraer alguna enfermedad o, como mínimo, un malestar digestivo. Y por último, pero no menos importante, su salud dental se puede ver muy afectada.
Las uñas son un elemento duro que los dientes no deberían morder. Si el hábito de morderlas es continuado, lo más probable es que las piezas dentales terminen astillándose o, incluso, rompiéndose. Aparte, comerse las uñas también causa estrés a las encías y, a largo plazo, esto puede provocar enfermedad periodontal que puede llegar a conllevar la pérdida de dientes.
Para evitar este hábito tan nocivo, existen algunos esmaltes amargos que pueden ser de ayuda. No obstante, si se trata de un trastorno extremo, lo ideal es acudir a un especialista que pueda ayudarnos a eliminar estas rutinas. Como siempre, el principal consejo es acudir al dentista periódicamente y explicarle sinceramente todos los hábitos que el niño lleva a cabo y que pueden dañar las piezas dentales o su salud bucodental. En el caso de que ya exista algún tipo de daño, el odontólogo sabrá cómo repararlo ofreciendo tratamientos personalizados y pertinentes.