¿Cuándo empezar a ir al dentista?
Cada vez hay más niños pequeños con problemas de caries. Para prevenirlo, desde nuestra clínica recomendamos, por un lado, iniciar la higiene bucal incluso antes de tener dientes, y por otro, acudir al dentista no más tarde de la erupción de los primeros molares, que suele ser a los 18 meses aproximadamente.
Muchos se preguntarán por qué tan pronto, la respuesta es que algunos de los problemas dentales ocurren a muy temprana edad por lo que es muy importante establecer medidas preventivas. Además, los niños con dientes sanos mastican sin dificultad, aprenden a hablar claramente, sonríen con seguridad, etc. lo que influye de una forma muy positiva en su autoestima.
Durante la primera visita el profesional le hará una revisión de dientes, verá si existe caries del biberón, se examinará la forma de los maxilares, las condiciones en que se encuentran los tejidos blandos (encías, carrillos, lengua, etc.), se evaluarán posibles problemas como mordida cruzada, abierta o alteraciones de crecimiento.
A partir de la primera visita es recomendable que el pequeño acuda al dentista cada seis meses. De esta manera se iniciará una relación cordial y confiada con el dentista y, en general, con el cuidado de sus dientes.
Aquí van algunos consejos para que la primera consulta de tu hijo sea un éxito:
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Acude a un centro preparado y acostumbrado a atender a niños. En una clínica con un ambiente adecuado y preparado para ellos (divertido y con juguetes), el niño estará entretenido durante la espera y no asustado pensando en lo que va a pasar.
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Prepárale: explícale dónde va y qué hace el dentista. Puedes jugar con él diciéndole que tú eres el dentista y él el paciente, y al revés.
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Pide cita temprano. Un niño descansado siempre reacciona mejor, además evitarás que el peque presencie escenas de pánico de algún otro niño, si se llegan a dar.
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Si el comportamiento de tu hijo ha sido bueno, recompénsale para reforzar esa actitud en visitas sucesivas. En caso contrario, no debes castigarlo, ya que el niño relacionará el regaño con la visita dental.
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No amenaces a tu hijo diciéndole que si presenta un mal comportamiento lo llevarás al dentista, lo relacionaría con un castigo.
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No expreses delante de él tus propios temores. Tu hijo pensará que si a mamá o a papá le da miedo ir al dentista, qué le esperará a él.
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El buen ejemplo es indispensable, ya que los niños aprenden lo que ven de los padres.