¿Qué hacer para que nuestros hijos disfruten de una salud dental óptima?

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Adquirir unos buenos hábitos bucodentales desde la infancia es la garantía para la salud dental. Lo mejor que podemos hacer los padres es instaurar rutinas y prácticas adecuadas y saludables a los más pequeños, y así prevenir, en la medida de lo posible, cualquier alteración en su dentadura.

  1. Empezar desde el primer día. Limpiar a diario las encías del bebé con una gasa húmeda, en agua tibia, resulta muy importante para evitar bacterias. Cuando empiezan a salir los primeros dientes, es recomendable no endulzar el chupete ni dejar dormir al niño con el biberón en la boca. Tan pronto como aparezca el primero, entre los 5 y 8 meses de edad, el paño se puede sustituir por un cepillo suave.
  2. Cuidado de los dientes de leche. Los dientes de leche tienen la mismas funciones de masticar y hablar que los permanentes y, por lo tanto, hay de cuidarles de la misma forma. Si el niño presenta caries en un diente temporal, el riesgo de que el diente permanente resulte infectado es mucho mayor. Conviene acostumbrar a los niños a cepillarse tres veces al día, después de cada comida. El cepillado nocturno es el más importante, ya que durante la noche los dientes están menos protegidos. Además, es de suma importancia seguir una dieta sana, evitando los alimentos ricos en azúcares.
  3. Hay que ayudarles. Antes de los 7 u 8 años, los niños no son capaces de cepillarse correctamente los dientes. Deberíamos ayudarles a llegar a las zonas más inaccesibles, como las muelas o caras internas. Nuestra participación es fundamental hasta que el menor pueda hacerlo de forma correcta e independiente.
  4. Técnica de cepillado. Es fundamental enseñarles que cepillen todas las partes de los dientes, las caras de dentro y fuera, sin olvidar los dientes de atrás. Cepillar de arriba abajo y de abajo arriba, incluso las encías para evitar la acumulación de sarro. Utilizar, también, seda dental para retirar los restos que se quedan entre los dientes y finalmente limpiar la lengua.
  5. Revisiones periódicas. Es necesario que los niños realicen revisiones de forma regular (normalmente cada 6 meses), para prevenir enfermedades o patologías bucales. Conviene que con un año, el niño acuda al dentista para evaluar su desarrollo dental y elaborar un plan preventivo para el futuro.
  6. Realizar tratamientos. Siempre que haya fisuras, habría que realizar sellados como medida preventiva para la caries. Además, sería recomendable aplicar flúor de vez en cuando para fortalecer el esmalte dental y disminuir la posibilidad de que las bacterias den lugar a la caries.