La sensibilidad dental en niños

La sensibilidad dental puede ser un problema muy serio para todos, pero para los niños puede ser aún más impactante y frustrante ya que desconocen la causa de la molestia y tampoco saben definirla bien. Muchas veces el niño dice que su diente «duele» cuando en realidad es sólo sensible. Para poder ayudarle de forma adecuada es muy importante determinar correctamente la naturaleza de su molestia y las causas de la misma.

La sensibilidad dental, en general, se produce cuando el esmalte que protege los dientes pierde espesor, o cuando se produce la retracción de las encías, reduciendo, por lo tanto, la protección que el esmalte y las encías proporcionan a los dientes y la raíz. No obstante, en el caso de los niños las causas pueden variar.

¿Qué causa los dientes sensibles en los niños?

  • Las caries: suelen ser la causa principal y la sensación dolorosa suele aparecer al ingerir bebidas frías o calientes y/o durante la masticación.
  • Nuevos dientes: La propia erupción del diente puede causar cierta sensibilidad.
  • Fisuras en el diente: Tener un diente fracturado o dañado por algún golpe o por apretar y rechinar los dientes durante la noche también puede ser una causa muy habitual.
  • Empastes: Los dientes empastados dejan de ser tan fuertes como siempre y en ocasiones están más sensibles que en otras. Además, los niños con empastes de amalgama de plata podrían experimentar más sensibilidad al frío / calor debido a la alta conductividad térmica del metal.
  • La sinusitis: la inflamación de los senos paranasales puede causar la sensibilidad dental, particularmente en los molares superiores.
  • El cepillado incorrecto: Cepillar los dientes con movimientos horizontales y con fuerza puede dañar las encías y desgastar el esmalte, dejando a los nervios expuestos. Para evitarlo, el cepillado se debe hacer de manera circular y vertical, y utilizando siempre un cepillo de cerdas suaves.

Si tu hijo está experimentando la sensibilidad en sus dientes, no dudes en llamarnos y pedir cita para averiguar la causa de sus quejas.  

Ocho pasos para proteger la salud bucal de tus hijos

El deterioro de los dientes en los niños es mucho más habitual de lo que creemos. Enseñarles unas pautas claras y apropiadas de higiene bucal es una inversión en salud que les proporcionará beneficios para toda la vida. ¿Qué hemos de hacer para mantener sanos los dientes de nuestros pequeños? Siguiendo estas ocho pautas, mejoraremos la higiene bucal de nuestros hijos y evitaremos futuros problemas:

  • Inicio temprano
    Prevención es la mejor medicina. Empezar pronto con la higiene dental y con las visitas al odontólogo es altamente recomendable para prevenir posibles problemas. Varios estudios confirman que el coste del cuidado dental se redujo en un 40% en niños que visitaron al dentista a la edad de un año, en comparación con niños que acudieron por primera vez al dentista en edades más avanzadas.
  • Inculcar el hábito
    Es imprescindible inculcar la higiene bucal desde los inicios. Aunque nuestro pequeño sólo tenga un diente, debemos cepillárselo. Es más, incluso antes de que le haya salido su primer diente, deberíamos limpiarle las encías utilizando un pequeño trapo y agua tibia.
  • Evitar líquidos azucarados antes de dormir
    Es de suma importancia que los niños no se vayan a dormir con un vaso de zumo o leche, ya que pueden aparecer bacterias que favorecen el deterioro de los dientes. Si el niño tiene sed o se le quiere dar algo de beber, lo más recomendable sería que bebiese agua. También es importante limitar la ingesta de bebidas azucaradas y dulces a lo largo del día. Incluso los refrescos light pueden deteriorar los dientes con su ácido cítrico desgastando el esmalte dental.
  • Adiós al chupete a los 2-3 años
    Aunque el uso del chupete es recomendable, el abuso puede causar diferentes problemas en la alineación de los dientes. Cuando el niño se acuesta, se lo podemos dar. Sin embargo, una vez dormido, si no lo tuviese puesto, no es recomendable volvérselo a colocar. Además, se aconseja dejar de utilizarlo a la edad de 2-3 años.
  • Limitar el consumo de chuches
    Prestar una atención especial a la alimentación implica entender que los alimentos forman parte de la salud de un ser humano. Cuantas menos golosinas coma un niño, mucho mejor, tanto para prevenir la caries como la posible diabetes infantil.
  • Cuidado con las medicaciones
    Los medicamentos azucarados incrementan las posibilidades de deterioro de los dientes. Los niños que los toman a diario tienen más probabilidades de sufrir daños en su dentadura. Si su hijo toma algún medicamento a diario, es necesario preguntarle al dentista con qué regularidad tiene que lavarse los dientes. No te extrañes si el médico le recomienda cepillárselos incluso cuatro veces al día.
  • Sé estricto con la higiene bucal
    Los niños pueden llegar a quejarse mucho por temas relacionados con los dientes y resultar ser muy tercos, pero no hay que ceder de ninguna manera. La higiene bucal es una cuestión de gran importancia.
  • Dar ejemplo y hacerlo divertido
    Al cuidar tus propios dientes el niño recibirá el mensaje de que la salud bucal es algo importante. Además, todo lo que haga de la higiene dental una tarea divertida, como cepillarse los dientes junto con sus hijos o permitirles elegir sus propios cepillos dentales, fomenta una higiene bucal apropiada.

Estos ocho pasos forman una base sobre la que hay que fundamentar el cuidado de la higiene bucal. Si necesitas más información no dudes en llamarnos o acudir a nuestra clínica.

Salud bucal en niños con discapacidades y necesidades especiales (I)

Los niños con discapacidades y necesidades especiales tienen más riesgo de sufrir una condición crónica a nivel físico, de desarrollo, comportamiento o emocional. Necesitan servicios y cuidados que van más allá del tipo de servicios que generalmente reciben los niños. Dependen de otros para lograr y mantener una buena salud, y la salud bucal no es una excepción. Una boca limpia es una de las necesidades de salud más importantes durante toda la vida y estará influenciada por la habilidad de darle al niño la ayuda necesaria.

Los problemas comunes bucales, tales como caries o enfermedades de las encías, afectan a todos los niños. No obstante, los niños con discapacidades y otras necesidades especiales tienen más problemas de salud bucal que la población en general. Por ejemplo, los niños con discapacidades pueden tener problemas de habilidades cognitivas, comportamiento, movilidad, neuromusculares (babeo, atragantamiento y problemas para tragar), movimientos corporales no controlados, reflujo gastroesofágico, o convulsiones. Estas complicaciones pueden representar obstáculos para el cuidado adecuado de la boca y hacer que los niños tengan mayores riesgos de desarrollar enfermedades bucodentales.

Los niños que tienen alguna de las siguientes condiciones necesitan un cuidado bucal especial: síndrome de Down, epilepsia o convulsiones, labio o paladar leporino, anomalías estructurales (en la cabeza, cara y/o boca), parálisis cerebral, discapacidades de aprendizaje o desarrollo, problemas de visión u oído, o infección VIH. Si el niño muestra alguno de los siguientes síntomas:

  • aprieta los dientes,
  • evita la comida,
  • prefiere alimentos blandos,
  • se toca dentro o alrededor de la boca, las mandíbulas y mejillas,
  • tiene mal aliento
  • tiene los dientes manchados

es muy importante que acuda cuanto antes a un centro clínico dental especializado para prevenir o diagnosticar cualquier patología y obtener con el tiempo un resultado satisfactorio, evitando dolencias o lesiones mayores.

Cómo salvaguardar la sonrisa de los pequeños en verano

Los pequeños ya están de vacaciones y eso siempre implica un cambio en los hábitos diarios y una mayor relajación en cuanto a todas las rutinas habituales del día a día, inclusive la higiene bucal.

Durante la época veraniega, los niños suelen estar en contacto con distintos medios externos que perjudican su salud bocal, como el cloro o los helados, por lo que se hace relevante que mantengan unos cuidados bastante completos.

¿Qué podemos hacer para salvaguardar la sonrisa de los más pequeños en verano?

Ser más rigurosos con la rutina de higiene bucal diaria. El niño tiene que lavarse los dientes con un cepillo de cerdas suaves entre dos y tres veces cada día. El uso del hilo dental o los cepillos interdentales es primordial, sobre todo si lleva ortodoncia. Y, por último, utilizar el colutorio dental infantil para garantizar frescor y protección en la cavidad oral.

  • Controlar el consumo de azúcares que ingieren (helados, chuches, refrescos, etc.) para evitar la aparición de caries dental.
  • Mantener al niño hidratado, porque la falta de agua reduce la producción de saliva, protección natural de la boca, y eso provoca que bacterias y microorganismos la ataquen.
  • Incluir más frutas y hortalizas frescas en la dieta, ya que estos alimentos contienen agua y resultan muy frescas para la boca y cuerpo.
  • Tras cada sesión de piscina es importante que el niño lave los dientes o, por lo menos, enjuague la cavidad oral con agua potable, puesto que el cloro favorece la formación de sarro en la boca.
  • Evitar que tomen alimentos muy fríos y provoquen cambios de temperatura drásticos en las piezas dentales, pudiendo ocasionar la conocida sensibilidad dentaria. Para evitar problemas de sensibilidad, se pueden utilizar pastas de dientes y colutorios específicos.
  • Si se produce un traumatismo dental practicando las actividades acuáticas o algún deporte al aire libre, es vital acudir al dentista lo antes posible ya que las primeras horas son cruciales.
  • Realizar una cita al dentista antes de irse de vacaciones para asegurarnos de que el niño consta de una salud bucal óptima.

 

Enjuague bucal de los niños

Introducir el colutorio en el ritual de higiene bucal de los niños aporta grandes beneficios a su salud dental. La principal finalidad que se espera del enjuague bucal es el control de la caries y de la placa bacteriana. Es muy importante utilizarlo adecuadamente ya que puede conllevar riesgos para la salud de los pequeños.

En primer lugar hemos de asegurarnos de que el niño está preparado para el uso del colutorio, puesto que en ningún caso se debe ingerir. A partir de los 6 años la mayoría de los niños son capaces de enjuagarse la boca sin tragar cantidad alguna de líquido. Es recomendable comprobar si lo hacen de manera correcta dejando que se enjuaguen la boca con agua.

Los niños deben utilizar siempre colutorios infantiles. El enjuague se realizará después del cepillado, durante 1 minuto aproximadamente y con 5-10ml de colutorio. Una vez realizado, hay que evitar la ingesta de alimentos durante 30 minutos. Los enjuagues normales tienen grandes concentraciones de alcohol y flúor, por lo que no son aptos para los niños. Su ingesta puede ser muy peligrosa, así que hay que mantenerlos fuera de su alcance.

La boca es la puerta de entrada a muchas infecciones. En ella las bacterias encuentran las condiciones de temperatura, humedad y nutrientes ideales para su desarrollo y la consecuente aparición de patologías. Por esta razón desde nuestra clínica hacemos tanto hincapié en la importancia de una higiene bucal completa. El uso de colutorios debe ser un paso mas,que ayuda a que la boca se mantenga aséptica, fortalece las encías, protege los dientes, ayuda a la formación de saliva, disminuye la sensibilidad y mantiene la boca fresca y sin mal aliento.

Uso de hilo dental en niños

Cepillarse los dientes es un momento fundamental en la rutina de cuidado dental de nuestros hijos, pero pasarse hilo dental es igual de importante. Los estudios han demostrado que el cepillado sólo elimina el 50% de la placa bucal, pero combinado con el uso de seda los resultados mejoran en un 20%.

Establecer hábitos saludables desde temprana edad es indispensable para tener buenas prácticas de cuidado dental durante toda la vida. Dado que el hilo dental elimina los restos de alimentos y la placa depositada entre los dientes, que es un lugar donde no llega el cepillo; se recomienda que los niños comiencen a utilizarlo a partir de los cuatro años.

Aquí te damos algunos consejos para lograr que tu hijo/a incorpore el uso de hilo dental como parte fundamental del cuidado bucal:

Dar ejemplo
Los pequeños aprenden por lo que ven de las personas que son importantes para ellos. Como padres debemos dar ejemplo manteniendo correctamente nuestra salud oral. Resulta fundamental que incluyamos en la rutina de higiene oral el pasarnos el hilo dental, ya que en los hábitos que nosotros tenemos terminarán por reflejarse los futuros hábitos de nuestros hijos.

Aplicador de hilo
En niños menores de 8 años, el cepillado y uso del hilo dental debe ser realizado por los padres, hasta que se desarrollen plenamente sus habilidades motrices. Para que sea más sencillo, podemos servirnos de los aplicadores de hilo.


Qué sea divertido
Haz que la tarea de pasarse hilo dental sea un momento divertido y una experiencia agradable para tu niño/a. Puedes inventar una historia sobre bacterias malvadas que viven en su boca y el super héroe hilo dental que ha venido a salvar el mundo. Esto hará que disfrute del momento, sin dejar de concentrarse en una tarea importante.

Seguimiento de avances
A los niños les gusta tener una referencia visual de sus logros. Cuelga un calendario en la pared del baño y deja que tu hijo/a marque los días que ha cumplido con su cuidado dental diaria.

Premios
Para que sea una actividad aún más entretenida, ofrécele un premio por completar X días. Por ejemplo, una hora extra de su juego favorito o una noche de salida al cine.

Como evitar que las golosinas se conviertan en caries

Las golosinas son una auténtica tentación, tanto para niños como para mayores. Es un alimento que no nos aporta ningún nutriente pero sí infinitas calorías, y lo que es peor, son uno de los enemigos de nuestra salud bucodental. Están directamente relacionadas con la aparición de las temidas caries.

¿Cómo minimizar el riesgo de caries a causa de las chuches? Aquí tienes 6 consejos:

  • Está claro que cualquier alimento que contenga azúcar y que pueda provocar un pH ácido es potencialmente peligroso, pero debes saber que los caramelos masticables y pegajosos son los más dañinos. Sería aconsejable evitarlos o sustituirlos por otros.
  • Hemos de enseñar a los niños a que no muerdan los dulces. Es mejor que sólo los chupen.
  • Tras comer golosinas, es importante que se laven los dientes cuanto antes y de manera minuciosa.
  • Siempre que se pueda, sería aconsejable elegir chuches que pueden comerse rápido, para limitar el tiempo en que el azúcar está en contacto con los dientes.
  • Recomendamos limitar la ingesta a una vez al día. Es mejor una pequeña cantidad de golosinas junta (seguida del cepillado) que andar comiendo chuches todo el día.
  • Además, debemos limitar el consumo de golosinas que puedan contener ácidos, como serían las chuches con picapica. Los ácidos pueden contribuir a la erosión dental y a la formación de caries.

Además cabe destacar que, aparte de las caries, las golosinas también son un peligro para la salud en general. No podemos olvidar esa especie de epidemia en nuestra sociedad, que es la obesidad y el triste incremento de los casos de obesidad infantil. Por lo que, desde nuestra clínica, insistimos en modificar los hábitos alimenticios y en educar a los niños en una alimentación sana, equilibrada y responsable.

El azúcar, nuestro dulce enemigo

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Las golosinas, el chocolate, los bombones, siguen siendo un gran premio, especialmente para los niños. Y es que, como bien dice el dicho: “A nadie le amarga un dulce”. No obstante, una alimentación rica en azúcares es la principal causa de la caries dental. El azúcar sirve de alimento a las bacterias cariogénicas que lo fermentan y producen ácido láctico. Este ácido disminuye el pH de la boca, daña el esmalte y hace que el diente pierda su protección.

La Organización Mundial de la Salud aconseja reducir el consumo del azúcar a un 5% (unos 25g al día) para prevenir este problema y también otras enfermedades asociadas, como sería la obesidad infantil. Moderar su ingesta no es una tarea fácil teniendo en cuenta, por ejemplo, que sólo un zumo procesado ya contiene 40g aproximadamente. Entonces, ¿qué hacer para que los niños coman menos dulces? Aquí tenéis algunos consejos:

  • En ningún momento hemos de prohibirles su consumo. Hay que enseñarles que con pequeñas raciones es suficiente.
  • Hacer de las golosinas una comida eventual, no un alimento cotidiano.
  • Si los niños no se comen su comida, no hay que ofrecerles dulces extra. Las golosinas no reemplazan otras ingestas, ni pueden compensar el escaso consumo a la hora de comer.
  • Sustituir los dulces por una apetitosa fruta.
  • Enseñarles que las chuches no son incentivos o premios, porque le otorgaríamos valor. Es mejor compensarles con un detalle no comestible.
  • Cambia los refrescos azucarados y zumos procesados por los naturales.
  • Y lo más importante, enseñarles a comer de forma saludable.

Si tenéis cualquier duda sobre la salud bucodental de vuestros pequeños, no dudéis en visitarnos.

El mal aliento en los niños

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El mal aliento o halitosis es un problema relativamente frecuente en la población infantil. Puede llegar a afectar hasta al 20% de la población infantil. Generalmente se atribuye a una higiene deficiente de la boca, no obstante puede ser el aviso de algún trastorno más grave.

Las causas de mal aliento en los niños son numerosas y muy variadas, aunque en un 90% de los casos responde a motivos relacionados con la boca. Los culpables más comunes son: 
  • Boca seca – por ejemplo, cuando el niño tiene la nariz tapada y respira por la boca. Esto puede causar que las bacterias en la boca se reproduzcan más fácilmente.
  • Un objeto extraño – un juguete u objeto pequeño que se haya metido en la nariz. Esto es especialmente común en bebés y niños pequeños que lo hacen sin darse cuenta de que se hacen daño.
  • Poca higiene – Las bacterias que viven en la boca e interactúan con los restos de la comida que quedan entre los dientes y las encías, en la lengua y en la parte trasera de la garganta ocasionan mal aliento, en especial si la comida ha estado en la boca por mucho tiempo.
  • Caries – afecta los dientes a cualquier edad causando mal aliento y muchas veces provocando enfermedades en las encías.
  • Alimentos condimentados – si al niño le gustan alimentos como la cebolla o el ajo, es posible que se note en su aliento, pero es temporal mientras el condimento está en su sistema digestivo.
  • Una enfermedad o condición médica – algunas veces, una infección de senos paranasales o una infección respiratoria como la bronquiolitis también puede causar mal aliento, lo mismo puede suceder con las alergias o cuando se tiene reflujo gástrico.


Aunque en la mayoría de los casos se puede resolver con una buena higiene bucal, la halitosis de carácter persistente debería ser atendida. Los padres no suelen acudir a la consulta del dentista sólo por este síntoma, pero han de saber que una halitosis recurrente es una llamada de atención que no debe ser desatendida. Una consulta a tiempo puede dar lugar a un diagnóstico y a un tratamiento oportunos. Si el dentista descarta alteraciones bucales y aun así hay mal aliento, habría que acudir al pediatra para una revisión general.

La importancia de la saliva para la salud bucodental

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Siempre que pensamos en salud bucal, automáticamente pensamos en la higiene dental, en los dentífricos, hilos dentales, etc. y casi nunca reflexionamos sobre nuestro principal aliado, la saliva.

Ese transparente y acuoso líquido que se encuentra en la boca contribuye de una forma activa a la salud oral. Es la protección principal contra la caries. Actúa para neutralizar y diluir los ácidos que causan la placa y la desmineralización del esmalte. Y no sólo eso, sino que también ayuda a curar el esmalte aportando minerales, protege las encías y combate el mal aliento alejando las bacterias.

Los dientes se desmineralizan y remineralizan varias veces al día. No obstante, si los ácidos exceden la capacidad de remineralización que tiene la saliva, y esas circunstancias se prolongan durante varios días, el esmalte se termina rompiendo y se crea una cavidad en el diente. Una vez se produce la cavidad, la saliva no puede hacer nada para frenar la infección.

Mantener el flujo de la saliva es una parte esencial para el mantenimiento saludable de la boca. Los niños por sí solos no suelen prestar mucha atención a la sequedad de la misma, por lo que sería conveniente explicarles lo importante que es evitar la boca seca. Es tan sencillo como beber agua, comer algo que no sea precisamente dulce o masticar chicle sin azúcar.

Si los peques notan cualquier cambio o molestia en la boca, no dudéis en consultarnos o visitar nuestra clínica.