Bruxismo I (definición y causas)

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Es posible que hayas notado que tu hijo aprieta y rechina los dientes durante la noche. Se trata de un trastorno muy frecuente, denominado como «bruxismo». Es una parafunción mandibular que se produce cuando se aprietan fuertemente los dientes superiores con los inferiores y además se mueven de atrás a adelante y viceversa, generalmente de forma inconsciente y sin propósito funcional.

El bruxismo afecta entre un 10% y un 20% de la población española y se da tanto en mayores como en pequeños, pero con los niños hay que tener especial sensibilidad. Los padres se suelen alarmar mucho, y con razón, si el rechinar se vuelve persistente, pues si la tensión es muy fuerte y continua puede provocar la destrucción del esmalte y la dentina. Además, esta alteración involuntaria puede causar dolores de cabeza y músculos de la mandíbula, cuello y oído.

Existen dos tipos de bruxismo: céntrico (apretamiento) y excéntrico (frotamiento) y se puede dar tanto durante el día, como durante la noche, aunque lo más común es que ocurra durante las horas de sueño. El bruxismo diurno suele ser más apretador que rechinador, el bruxismo nocturno puede ser de ambas formas. Las causas pueden ser psicológicas o físicas.

Las causas psicológicas suelen ser todas aquellas alteraciones que pueden desencadenar tensión emocional o estrés. Aquí tenemos, por ejemplo, el caso de los niños hiperactivos que continuamente están nerviosos y haciendo cosas y, al llegar la noche, siguen de algún modo con la actividad apretando y rechinando los dientes. Otra de las causas frecuentes de bruxismo, sobre todo en mayores, es la ansiedad.

Entre las causas físicas se incluyen dolores de cabeza, dolor de oídos, aparición de nuevos dientes o caída de los dientes de leche que dan nueva forma a la estructura bucal o una mala posición de los dientes que interfiera en la forma de cerrar la mandíbula. Aunque hay cierta polémica en esto, se suele pensar que en niños el bruxismo muchas veces puede coincidir con la presencia de parásitos intestinales, ya que la incomodidad que éstos provocan se traduce en una intranquilidad y tensión del niño.

En los próximos artículos vamos a dar algunos consejos sobre cómo prevenir el bruxismo y qué hacer para que tu hijo deje de apretar los dientes. Si tienes cualquier duda y no puedes esperar hasta entonces, acude a nuestra clínica y te ayudaremos.