7 pasos para la salud dental de los niños

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No hay una mayor garantía para tener una boca sana que adquirir unos buenos hábitos bucodentales desde la infancia. Para prevenir cualquier problema en la dentadura de sus hijos, lo mejor que pueden hacer los padres es inculcarles a una serie de hábitos que vamos a enumerar a continuación.

  1. Higiene oral desde el primer día. La limpieza de la boca no se debe limitar a cuando hay dientes. Es muy importante limpiar diariamente las encías del bebé con una gasa húmeda, en agua tibia, para evitar bacterias. Cuando empiezan a salir los primeros dientes, es recomendable no endulzar el chupete ni dejar dormir al niño con el biberón en la boca. Tan pronto como aparezca el primero, entre los 5 y 8 meses de edad, el paño se puede sustituir por un cepillo suave.
  2. Cuidado de los dientes de leche. Los dientes de leche cumplen la mismas funciones de masticar y hablar que los permanentes y, por lo tanto, hemos de cuidarles de la misma forma. Si el niño presenta caries en un diente temporal, el riesgo de que el diente permanente resulte infectado es mucho mayor. Conviene educar a los niños, desde los dos años, a cepillar los dientes tres veces al día, después de cada comida, para crearles un hábito. El cepillado nocturno es el más importante, ya que durante la noche los dientes están menos protegidos. Conviene seguir una dieta sana, evitando los alimentos ricos en azúcares.
  3. Ayuda de los padres hasta los 7 u 8 años. A partir de ahí, los niños son capaces de cepillarse correctamente los dientes, pero mientras tanto deberíamos ayudarles a llegar a las zonas más inaccesibles, como las muelas o caras internas. Vuestra participación es fundamental hasta que el menor pueda hacerlo de forma correcta e independiente.
  4. Técnica de cepillado. Es fundamental enseñarles que cepillen todas las partes de los dientes, las caras de dentro y fuera, sin olvidar los dientes de atrás. Cepillar de arriba abajo y de abajo arriba, incluso las encías para evitar la acumulación de sarro. Utilizar, también, seda dental para retirar los restos que se quedan entre los dientes y finalmente limpiar la lengua.
  5. Revisiones dentales cada 6 meses. Es muy importante que los niños realicen revisiones periódicas, para prevenir enfermedades o patologías bucales. Conviene que con un año, el niño acuda al dentista para evaluar su desarrollo dental y elaborar un plan preventivo para el futuro.
  6. Sellado. Con esta técnica se tapan las fisuras y surcos de los dientes en la superficie por la que se mastica, impidiendo que la comida se filtre y se produzca desmineralización del diente. Es un método muy eficaz que se recomienda realizar cada 6 meses. No es invasivo, ni daña el esmalte.
  7. Fluorización. Aunque el flúor es beneficioso a todas las edades, en los niños su aplicación aporta mayores beneficios. Se recomienda poner flúor cada vez que los niños van a revisión. De esta forma se fortalece el esmalte dental y disminuye la posibilidad de que las bacterias den lugar a la caries. Este mineral ayuda a reparar las etapas iniciales de la caries antes de que éste sea visible.